En entrevista con el Sol de México, el senador de Morena y líder sindical Napoleón Gómez Urrutia compartió cómo fue el regresar después doce años de ausencia, tras haber sido acusado del desvío de recurso y de ser corresponsable de la tragedia en Pasta de Conchos.
“Fue una persecución política feroz -12 años y medio-, demencial, cobarde y perversa de tres de los empresarios más ricos de este país, en complicidad con los últimos tres presidentes de México –Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto-. Crearon toda una estrategia y conspiración para destruirme no sólo a mí, también a mi familia y al sindicato minero. Fue una lucha complicada, difícil. Un esfuerzo de resistencia brutal, pero al final se impusieron los principios, valores y lealtad de todos los trabajadores, de organizaciones sindicales y también la solidaridad internacional”.
Afirmación que resulta contradictoria, pues su mismo sindicato lo ha acusado del desvío de 55 millones de dólares los cuales forman parte del fideicomiso producto de la venta de las acciones de la minera Mexicana de Cananea. Dinero que a la fecha se desconoce su paradero.
Por su parte Carlos Pavón Campos, dirigente del Sindicato Nacional Minero Metalúrgico-Frente, declaró que Napo recibió hasta 100 mil dólares mensuales en Canadá. Dinero que afirmó el mismo transportó hasta ese país en maletas con nueve mil dólares cada una.
El senador continúo diciendo “Fue la constancia, perseverancia, valor, inteligencia y fuerza con que se defendió a la organización minera y a sus familias”, recuerda durante el encuentro en la estancia de Pasos Perdidos del Senado.» En el mundo de los líderes sindicales me llaman héroe del sindicalismo mundial y me siento orgulloso’’.
Tal vez se le olvidó el reclamó de los mineros en Santa Rosalía, Baja California Sur, en el que lo acusan de realizar negociaciones del contrato colectivo hechas por debajo del agua, en la que no se les informó de los acuerdos y acciones que el senador realizaba.
Por sus palabras, pareciera que el senador vive en otra realidad en la que no existen severos señalamientos sobre corrupción, desvío de recursos y enriquecimiento ilícito, habrá que esperar a que le avisen que su realidad no es la misma que la de los mineros afectados.